Cultura

“Arboles”, un libro con lo mejor del paisajismo y lo mejor de la literatura

Por Sebastián Jorgi

Mitos, leyendas, poemas, historia, relatos y síntesis botánica, Carlos J. Thays. Letemendía ediciones.

Un libro especial, no solamente para los amantes de la botánica, sino para los poetas y narradores. Bien lo expresa el autor en el umbral que le escribe a sus lectores: “Afamados poetas y escritores han dedicado poesías y escritos a determinados árboles en particular que se agregan a las correspondientes descripciones, como también dentro de sus composiciones poéticas están las que fueron dedicadas a los árboles en general”.

A lo que van dilucidando los nombres científicos, por ejemplo la acacia, de la familia fabáceas, cuya denominación científica es acacia dealbata, origen Australia y que conocemos comúnmente como aromo o mimosa. Pero también el lector encontrará la historia de los árboles y plantas, como el alcornoque, el castaño, el alamo, el jacarandá, el lapacho, la higuera, el plátano y el roble, entre tantísimos otros.

Grandes poetas le han cantado al árbol, así, el lector podrá apreciar poemas de Antonio Machado, Miguel de Unamuno, León Benarós, Baldomero Fernández Moreno, Juan Burghi, Federico García Lorca, Manuel Mujica Láinez, por nombrar algunos que engalanan el origen y la historia de los árboles con su inspiración.

Un párrafo aparte significativo, es la cita del libro de Aldo Sessa, Arboles de Buenos Aires, con poemas muy bellos de Silvina Ocampo, por ejemplo, al ceibo: “He visto tantos ceibos/he amado tantos ceibos/mírenlos en el lago/tratando de abrazar/los ávidos narcisos/que beben en el agua/sus formas reflejadas…”.

Sería injusto cerrar este comentario sin mencionar a Constancio C. Vigil, fundador de la editorial Atlántida, a quien se le dedica este libro, y obviamente, a sus descendientes.

Precisamente, catapulta este original libro, un párrafo del escrito de Constancio C. Vigil titulado Defendamos al árbol:

“Amar el árbol es comprender la vida. Salió de debajo de la tierra para mirar el sol, y compadecido por los pájaros, abrió los brazos para protegerlos, y compadecido por los hombres, les dé cuanto posee. Recibe cada mirada como una caricia, y cada gota de agua como un tesoro”.

Una edición de lujo dirigida por el ingeniero Jorge Letemendía. Y un homenaje a toda la familia Thays, desde aquel paisajista Charles J. Thays (París, 1849-Buenos Aires, 1934), seguido por Carlos L. Thays (1894-1962) hasta el hijo -nuestro autor- y los actuales nietos, Isabel, Carlos y Angélica. Una saga única de paisajistas.

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